miércoles

YO SOY DEL EFESE

Cartagena, 6 de Marzo de 2012


Es verdad que el sábado salí del estadio Cartagonova como muchos de vosotros, dolido, disgustado y pensando que lo que queda de aquí al final de la liga va a ser una larga agonía y que lo mejor era aceptar ya lo que parece inevitable.  Pero no, me niego a ello. ¿Qué conseguimos rindiéndonos ya? ¿Qué conseguiremos atacando a los que nos tienen que sacar de hay abajo? ¿Qué conseguiremos peleándonos entre nosotros diciéndonos si es mejor rendirse o seguir luchando? ¿Con ello vamos a conseguir algo? ¿Salvar la categoría? ¿Qué seamos más fuertes y consolidarnos como club?  Sabemos que no. Por eso yo no quiero rendirme, ni que ni mi equipo ni mi afición se rindan. Quiero que todos juntos luchemos hasta el final.

   Y si al final el resultado no es el que todos deseamos, que nadie pueda decirnos nunca, jamás, que no hicimos todo lo posible en pos de conseguir nuestro sueño.

   Por eso, por mi mismo y por todos vosotros, los que compartís las penas y las alegrías conmigo en las gradas de nuestro estadio, aún estando muy dolido con el resultado del pasado sábado, quiero ser fuerte y  transmitiros mi energía, mi fuerza, mis ganas de luchar para insuflaros ánimos y que sigamos luchando.  Seamos como el ejército de Aníbal. Luchemos por lo que queremos. No bajemos los brazos. Se ha hablado mucho y bien los últimos años de la Armada Blanquinegra. Sintámonos orgullosos de ello y sigamos luciendo orgullosos los colores de nuestro equipo.

Nuestra mayor gloria no esta en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos. La derrota del sábado fue tan amarga como el sabor de la tierra tras caer noqueado sobre el duro y frío suelo. Pero precisamente el saber que si somos capaces de levantarnos seremos más fuertes es lo que tiene que darnos fuerza para llenar los pulmones de aíre y gritar con fuerza: “Yo si soy del Efesé”.

Algunos hemos vivido muchos años las desventuras de nuestro equipo por la segunda B e incluso por la tercera división. Estamos curtidos en campos incluso de tierra, en instalaciones tercermundistas. En encierros de jugadores por no cobrar. En presidentes que incluso eran detenidos por sus presuntas incursiones con el tráfico de determinadas sustancias o en presidentes que vinieron “a llevárselos”. En que una jugada desdichada nos privara un ascenso o nos mandara al pozo de un descenso. En que un arbitraje “polémico” nos birlara el poder soñar. Por eso, por todo lo que hemos pasado, ahora que los más débiles abandonan es cuando tenemos que estar orgullosos de ser del Efesé. Y los más jóvenes, los que no han vivido todas esas desventuras y se han sumado a la efesemanía de los últimos años, tienen también que luchar por que sigan estos años de vinos y rosas.

 Era muy fácil ser del Cartagena cuando íbamos líderes, cuándo ganábamos 1-4 a nuestro eterno rival, pero es ahora, cuando las cosas no van tan bien cuándo tenemos que demostrar de que “pasta” estamos hechos los descendientes de aquellos aguerridos guerreros y estar orgullosos de ser del efesé, del Fútbol Club Cartagena. Los demás, que sigan siendo de su Barsa y su Madrid, esos que siempre les dan alegrías. Otros, nacimos para sufrir y para luchar.

Por encima de las personas, esta el Efesé. Su escudo. Su camiseta. Eso, nunca me lo quitaran. Nadie. Ni Paco Gómez con sus continuas amenazas de llevarse el club. Ni los periodistas carroñeros que se regodean de nuestras desgracias y confunden sana rivalidad con venganza y odio visceral. Mi alma y mi sangre son de color blanquinegro y eso nunca me lo podrán arrebatar.

¿Que nuestros jugadores no corren lo suficiente? Pidámosle que corran más. ¿Qué nuestros dirigentes toman decisiones erróneas? Pidámosles que se corrijan. Pero siempre, siempre, estemos hay.

Hace muchos años que el premio Nobel de literatura Jacques Anatole France,  dijo “nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas”, por eso, por que todos los seguidores del efesé sois mi familia, sangre de mi sangre, os doy todas mis esperanzas. Sé que juntos, podemos.


Pencho Angosto
Un aficionado más.