ARTICULO DE OPINIÓN PENCHO ANGOSTO
El sábado, salí realmente decepcionado del estadio. No era capaz de pensar en que todavía es posible, en que estamos a 4 puntos de la salvación… Sólo pensaba que no tenemos gol, que hemos ganado un solo partido de 9 jugados en casa, que fallamos el penalti de la carabela de plata, el de copa contra el Numancia, los 2 de liga. Me acordaba de cómo un pésimo director deportivo había destrozado un equipo. En como nuestro presidente se había dejado engañar pese a que algunos le decíamos que se estaba equivocando…
No quería ni hablar ni opinar, al menos durante un par de días, ya que por que por desgracia para mi, no puedo opinar como un simple abonado. Mis palabras, dichas o escritas, por el mero hecho de ser presidente de la Federación de Peñas, se leen y enjuician con detenimiento, cuando en realidad no soy más que un simple aficionado más como cualquiera de vosotros. Quería ser prudente, pero hay en juego algo que es lo más importante para mí en esta vida: mi Efesé. Pero no he podido resistir a tratar de poner mi granito de arena para intentar ayudar a nuestro equipo y levantar la moral a aquellos que están dejando de creer en nuestras posibilidades. Y si a alguien no le gusta lo que pienso, pues amigo, ya sabes…
Recuerdo que en diciembre de 1990 el equipo luchaba por los puestos bajos de la tabla. Los aficionados criticando todo lo criticable, en el estadio y fuera de él, en las tertulias. Esa misma temporada, después de una segunda gran vuelta (con fichajes de invierno, como Boria, delantero de gran recuerdo, y la llegada de Voltaire al banquillo) el equipo logro clasificarse para el play-off de ascenso a 2ºA (que luego nos hurto el autogol de Pombo) y aquellos mismos que criticaban e incluso insultaban a los jugadores, los alababan y elogiaban como héroes.
Son demasiados años ya siguiendo a este equipo como para entender que ni éramos tan buenos como creian algunos que hace 2 temporadas nos veían en Primera y luchando por la Uefa ni somos tan malos ahora, que a 4 puntos de la salvación, y con 75 puntos en juego, nos dan ya por descendidos.
Tenemos muchas carencias como equipo, como club y todo lo que queramos, pero tenemos que seguir con el equipo. ¿Y sabéis por qué? Por que el Efesé somos también todos nosotros. Si nosotros que sentimos estos colores y este escudo como si fuese un hijo, bajamos los brazos, ¿que harán los jugadores que excepto unos pocos que sabemos quienes son, esto para ellos es sólo su trabajo?
Por eso, ¡joder!, sigamos luchando. Animemos a nuestro equipo, exijamos a sus dirigentes que se busquen soluciones, pero sobre todo, no bajemos los brazos. Que jamás nadie pueda decirnos que no luchamos por lo que más queríamos. Para muchos de vosotros, igual que para mí, este equipo nos corre por las venas. Jamás, jamás, podemos dejarlo sólo.
Luchemos. Exijamos a los jugadores implicación. Al club, soluciones en forma de fichajes o de lo que corresponda. A los que se sientan al lado nuestro que no critiquen y que animen. Y a nosotros mismos, seguir creyendo en que es posible y luchando por ello.
Han sido demasiados años como para bajar los brazos tan pronto. Soy del Efesé y luchare hasta el final.
Por eso, siempre Efesé.
El sábado, salí realmente decepcionado del estadio. No era capaz de pensar en que todavía es posible, en que estamos a 4 puntos de la salvación… Sólo pensaba que no tenemos gol, que hemos ganado un solo partido de 9 jugados en casa, que fallamos el penalti de la carabela de plata, el de copa contra el Numancia, los 2 de liga. Me acordaba de cómo un pésimo director deportivo había destrozado un equipo. En como nuestro presidente se había dejado engañar pese a que algunos le decíamos que se estaba equivocando…
No quería ni hablar ni opinar, al menos durante un par de días, ya que por que por desgracia para mi, no puedo opinar como un simple abonado. Mis palabras, dichas o escritas, por el mero hecho de ser presidente de la Federación de Peñas, se leen y enjuician con detenimiento, cuando en realidad no soy más que un simple aficionado más como cualquiera de vosotros. Quería ser prudente, pero hay en juego algo que es lo más importante para mí en esta vida: mi Efesé. Pero no he podido resistir a tratar de poner mi granito de arena para intentar ayudar a nuestro equipo y levantar la moral a aquellos que están dejando de creer en nuestras posibilidades. Y si a alguien no le gusta lo que pienso, pues amigo, ya sabes…
Recuerdo que en diciembre de 1990 el equipo luchaba por los puestos bajos de la tabla. Los aficionados criticando todo lo criticable, en el estadio y fuera de él, en las tertulias. Esa misma temporada, después de una segunda gran vuelta (con fichajes de invierno, como Boria, delantero de gran recuerdo, y la llegada de Voltaire al banquillo) el equipo logro clasificarse para el play-off de ascenso a 2ºA (que luego nos hurto el autogol de Pombo) y aquellos mismos que criticaban e incluso insultaban a los jugadores, los alababan y elogiaban como héroes.
Son demasiados años ya siguiendo a este equipo como para entender que ni éramos tan buenos como creian algunos que hace 2 temporadas nos veían en Primera y luchando por la Uefa ni somos tan malos ahora, que a 4 puntos de la salvación, y con 75 puntos en juego, nos dan ya por descendidos.
Tenemos muchas carencias como equipo, como club y todo lo que queramos, pero tenemos que seguir con el equipo. ¿Y sabéis por qué? Por que el Efesé somos también todos nosotros. Si nosotros que sentimos estos colores y este escudo como si fuese un hijo, bajamos los brazos, ¿que harán los jugadores que excepto unos pocos que sabemos quienes son, esto para ellos es sólo su trabajo?
Por eso, ¡joder!, sigamos luchando. Animemos a nuestro equipo, exijamos a sus dirigentes que se busquen soluciones, pero sobre todo, no bajemos los brazos. Que jamás nadie pueda decirnos que no luchamos por lo que más queríamos. Para muchos de vosotros, igual que para mí, este equipo nos corre por las venas. Jamás, jamás, podemos dejarlo sólo.
Luchemos. Exijamos a los jugadores implicación. Al club, soluciones en forma de fichajes o de lo que corresponda. A los que se sientan al lado nuestro que no critiquen y que animen. Y a nosotros mismos, seguir creyendo en que es posible y luchando por ello.
Han sido demasiados años como para bajar los brazos tan pronto. Soy del Efesé y luchare hasta el final.
Por eso, siempre Efesé.